
Qué me vi volado en una esquina...
Qué se me olvidó tu nombre de repente...
Que en la espesura volvió a escena una conversación absurda:
- ¿Y entonces lo trascendental es invisible a los ojos?
- ¡Bah, eso es una mierda de religión!
- Ummm, tienes razón. Hoy lo que prima es la cáscara.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario